lunes, 23 de marzo de 2009

Made in England



Queridos y animados seguidores (y seguidoras) de la marcha de esta sala, os debo una disculpa y una explicación por las telarañas que asoman por cualquier esquina, pero es que me voy en un par de horas al bullicioso Londres a pasar una semanita inolvidable. Las clases (voy a mutar en algo innombrable como siga degustando la comida de los comedores) y los preparativos (ver cosillas curiosas para visitar y todo eso ;-)) me han tenido ocupado estas semanas, así que cuando he entrado casi me caigo al suelo del olor a ropero viejo que reinaba en la sala.

Eso si, cuando vuelva contaré la experiencia como Kate manda (para eso es la reina de Londres), a la cual espero encontrarme de sopetón (cosas más raras se han visto, como toparse con Ronaldo por París cuando fui hace unos añicos) y convencerla de que me lleve de fiesta (a saber como puede acabar eso....). En fin, que fotografiaré todas las cosas susceptibles de salir aquí y cazaré a todos los famosos que pueda. Ciao!!!!!!!!

PD: Suena a cuento de la buena pipa el disculparme por no aparecer, pero ........¡Es Londres!

viernes, 13 de marzo de 2009

El gramófono de Holly: La joven de la perla


"La joven de la perla", la Mona Lisa holandesa.

El gramofono de Holly no ha dejado de sonar durante la alocada fiesta nocturna, y ahora, al igual que el ambiente aun rebosante de una extraña mezcla de fragancias caras y aromas de diversas e innombrables bebidas, necesita relajarse.


Con las primeras notas el olor comienza a cambiar. Primero a misterio, a un lugar cerrado y vedado, conteniendo un secreto celosamente guardado. El estudio de Vermeer, el santuario en el que el genio guarda sus obras y las finas especias con las que prepara meticulosamente los colores que iluminan el sagrado taller.


La puerta se abre, y los olores cambian por completo. La luz entra a través de una amplia ventana situada a la izquierda, iluminando la estancia tímidamente, como si hasta ella supiera del secretismo del lugar, en el que la mera presencia de un ser indeseado podría alterar la composición de los bellos azules y amarillos.



Pero alguien ha irrumpido en la vida del maestro Vermeer. Alguien con las cualidades necesarias para permanecer con el sin profanar el estudio. Silencio y atención era todo lo que el pedía, cosas aparentemente sencillas pero que nadie parecía comprender. Ahora había encontrado un nuevo impulso para pintar, unos bellos ojos que le mostraban un nuevo color para descifrar. Había encontrado a su inspiración, a su musa.

Esto ha sido tan sólo una pequeña muestra de esta maravillosa banda sonora, imprescindible en vuestros gramófonos. Se podría decir que Alexandre Desplat ha sido capaz de "pintar" música para esta, aprovecho también para decirlo, preciosa película. Ahora que miro las paredes, tal vez sea hora de colgar un bonito cuadro que adorne la sala.