martes, 31 de julio de 2007

This is Scarlett

Después de la decepción de ayer al no poder ver a Scarlett mientras rodaban en el balneario de Salinas, hoy mi hermana y yo nos hemos dirigido a Oviedo con la firme intención de volver a casa habiendo visto a la diva. Nos habíamos enterado de que se iban a encontrar en la iglesia de Santullano gracias a los chicos de Where is Johansson, ya que a pesar de que mi hermana llamo a la productora Mediapro no teníamos ni idea de donde iban a rodar. Esta gente son la mejor fuente de información para asistir a este rodaje, se enteran de todo antes que la prensa.

Llegamos sobre las 10 de la mañana y nada mas acercarnos ya vimos que tras la iglesia la zona estaba acordonada con vallas de seguridad, policías y gente del equipo de rodaje. Como allí no veíamos absolutamente nada dimos un rodeo y llegamos a otra zona vallada desde la que se veía la puerta de la iglesia y la zona donde se encontraban todos los camiones de equipo técnico, catering, camerinos, etc. Desde ese momento toco esperar, mientras alucinábamos con ciertos sectores de la prensa que estaban mas perdidos que las señoras que venían de hacer la compra y te soltaba el típico "¿qué pasa aquí? - nada señora, están rodando una peli de Woody Allen - Ahmmm, pues vaya telar". Los de telecinco no sabían siquiera cual era la productora de la película, otros no habían visto en su vida a Scarlett y les tuvimos que avisar cuando salio de su coche para dirigirse junto a Bardem hacia la iglesia y también los había que no sabían si Pé había llegado ya a Asturias mientras que nosotros sabíamos hasta que llevaba puesto al bajarse del avión . En el momento en que salieron pudimos verlos durante unos 15 segundos, ya que se metieron dentro de la iglesia y comenzaron a rodar en el interior.

Aquí comenzó la segunda espera, con un calor sofocante, pero que fue amenizada con los comentarios de Ander Azcárate (también conocido como el tío de las fotos), que tranquilamente nos confesó que a el se la repanpinfla la Johansson esa y que solo quiere la foto por tener. Lamentablemente las fuertes medidas de seguridad hicieron que ni él obtuviera la foto con la mujer mas sexy del mundo. Más tarde, hacia la 1 de la tarde, volvieron a salir y pudimos volver a ver a Bardem y a Scarlett y nosotros nos pudimos ir más que contentos para casa.

Mañana, a por Penélope.






domingo, 29 de julio de 2007

Doce hombres sin piedad


La semana pasada he asistido al curso de verano "El proceso judicial: Una visión a través del cine". En cada sesión se proyectaba una película y a continuación el conferenciante de turno impartía una charla sobre el tema que abordaba el film. Las películas mostradas fueron Match Point, El proceso, Rashomon, Sacco e Vanzetti y 12 hombres sin piedad. Match point era la tercera vez que la veía, El proceso la proyectaron fragmentada, por lo que no la he podido disfrutar, Rashomon no me convenció (pudieron influir el sueño que tenia y las cabezadas que di en los últimos 20 minutos) y aunque Sacco y Vanzetti me gusto, la triunfadora fue 12 hombres sin piedad.

Fue toda una sorpresa disfrutar de una joya como ésta, a pesar de tener que verla en una incomoda silla de madera (no hay nada como el sofá de casa o la butaca del cine). La película es atípica desde el principio. Mientras que en la inmensa mayoría de películas que contienen un proceso judicial nosotros conocemos los hechos verdaderos por que los hemos visto, en ésta ocasión nos encontramos en la misma situación que el jurado que debe dar veredicto sobre un caso de homicidio. Tenemos las pruebas y los testimonios, pero no conocemos la verdad absoluta y no podremos reconstruir los hechos de manera totalmente objetiva.


En los primeros instantes vemos una imagen del acusado, un joven que supuestamente ha matado a su padre, y ya no le volveremos a ver, pues justo después los doce integrantes del jurado se encierran en la sala de deliberaciones de la que ni ellos ni nosotros saldremos hasta el final. Ya dentro de la sala se realiza la primera votación, todos votan culpable salvo uno, un arquitecto de impecable traje blanco interpretado por Henry Fonda. Las pruebas son claras y todos le reprochan su actitud, pero para el existe una duda razonable, mientras que para el resto el calor sofocante, las prisas por llegar a un partido de béisbol o los criterios racistas son argumentos suficientes para enviar al chiquillo a la silla eléctrica.

En ésta cada vez mas tensa situación descubriremos la torpeza humana en los momentos mas representativos, la debilidad de un proceso judicial sometido a elementos tan aleatorios como el que el personaje de Henry Fonda entre o no en esa sala, lo aberrante de la pena de muerte, la facilidad con la que se trivializan decisiones tan importantes para favorecer intereses personales, los problemas de argumentación de individuos que simplemente opinan lo que diga el de al lado o la influencia de los prejuicios personales a la hora de enjuiciar a la gente. Cuesta creer que la vida de alguien pueda estar en manos gente que no tenga ni dos dedos de frente.


Os puedo asegurar que el interés no decae en ningún momento a pesar de no salir de esa pequeña habitación. Sidney Lumet maneja el ritmo con maestría, aumentándolo poco a poco a medida que nos acercamos a la decisión final (Como dato curioso, de los 357 planos que componen la película, la mayoría pertenecen a la ultima media hora) y se apoya en las grandes interpretaciones de actores como Henry Fonda, Martin Balsam o Jack Warden, repletas de gestos de crispación y miradas amenazantes. La verdad, doce malos actores en una habitación solo hubieran podido parir un bodrio.




No os revelare el veredicto, para eso hay que verla, pero la única certeza es que nunca sabremos con certeza lo que realmente ocurrió. Paradojas judiciales aparte, solo podría reprochar el que algunas de las pruebas resulten demasiado detectivescas, pero no es algo que moleste. El profesor que nos dio la charla objetaba que el proceso resultaba irreal y falseado (las actas reales están repletas de contradicciones, no en todos los jurados hay un Henry Fonda), pero en mi opinión el cine puede (y en ocasiones debe) tomarse ciertas licencias respecto a la realidad para que funcione. ¿Os imagináis que las naves de Star Wars no hicieran ruido?. Seria un rollo.

Espero haberos picado para verla, cuando acaba tienes la sensación de ser una persona mejor, o al menos crees que tienes una capacidad de convencimiento que ya quisiera Obi-wan Kenobi.

lunes, 16 de julio de 2007

V de vendetta



Cuando entro en una sala de cine, espero que al salir sea una persona ligeramente diferente o, al menos, tenga algo interesante en lo que pensar durante los días siguientes. Es cierto que en ocasiones uno sólo entra con la intención de pasar el rato y no pensar en nada, pero cuando la película deja un poso de cualquier tipo de emoción (menos asco o aburrimiento) la cada vez más cara entrada parece haber salido mucho más rentable. Eso es exactamente lo que me ocurrió al ver V de vendetta.

Cuando abandoné la sala tenia unas ganas irresistibles de pintarrajear el ayuntamiento, manifestarme para que las fiestas de mi pueblo sean mejores, protestar por la lentitud de Internet y acabar con esa cosa llamada "canción del verano". Nunca más se me colarán en el supermercado. Es la hora de la justicia, Vendetta!

La película esta basada en el cómic homónimo de Alan Moore, el cual no he leído, por lo que no haré ninguna comparación entre ambas versiones. Sobre este tema las opiniones son muy variadas, unos dicen que la cinta no es fiel al espíritu del cómic, otros que es genial y que el hecho de que Alan Moore no quisiera figurar en los créditos se debe a un capricho de divo. Lo dicho, yo mientras no lea la obra de Moore me mantengo al margen y dejo en vuestras manos tan delicada decisión.

En el inicio de la película se nos pone en antecedentes, contándonos brevemente la historia de Guy Fawkes, un hombre que decidió volar el parlamento el 5 de noviembre de 1605 para acabar con la vida del Rey Jacobo I y de la aristocracia allí presente. Pero el complot de la pólvora fue descubierto, y Fawkes, ahorcado. Desde aquel día, cada 5 de noviembre se celebra el fracaso del complot, realizando hogueras en las que se queman figuras del conspirador Guy Fawkes. Hasta aquí los hechos históricos.

En la ficción de Moore, el Reino Unido es la mayor potencia mundial, pero vive bajo el yugo del régimen dictatorial de "El Líder". Control sobre la información, supresión de derechos y toques de queda son algunas de las reglas que impone el nuevo gobierno. La gente tiene miedo, y ese miedo alimenta el poder del régimen. Al igual que en el complot de la pólvora, se necesita una chispa que haga levantarse al pueblo, esa chispa se llama V.




V es puro misterio, no sabemos de donde proviene y vagamente sabemos a donde se dirige. Es un héroe de capa y espada que con su mascara de Guy Fawkes pretende sacudir los pesados cimientos de la poltrona del Líder. V no tiene rostro, no lo necesita. Es más que un hombre, es un ideal. Y su fuerza os hará saltar de la butaca y sentiréis todo lo que antes he comentado.

Pero ni siquiera él puede hacer el trabajo sólo.
Necesitará la ayuda de Evey, una inocente jovencita que trabaja en un medio de comunicación controlado por el gobierno. Evey, como gran parte del pueblo, sabe que hay que hacer algo, pero no cree que los métodos de V sean justificables. Para ella destruir el parlamento es terrorismo, para V es la única forma de abrir los ojos de la gente, un edificio en si mismo no es nada, pero cuando lo transformas en un símbolo adquiere una fuerza inimaginable. La misión de V sera despertar el espíritu revolucionario dentro de Evey a través de sus poéticos discursos y su culta verborrea, plagada de referencias a clásicos de la literatura, enfatizando aún más su carácter teatral. Todos sus gestos, acciones, simbolismos y palabras tienen como propósito enriquecer el personaje.

A medida que los planes de V toman forma, descubriremos poco a poco tanto el origen de V como la dudosa forma mediante la cual el Líder alcanzó el poder, gracias a la investigación del inspector Finch (Stephen Rea), que deberá arriesgarse a luchar contra el gobierno para el que trabaja. Toda esta trama se nos desvelara de manera muy gradual y sin caer en redundancias, uno agradece que mientras ve una película no le tomen por idiota.

Como se puede observar, el guión de los Wachovsky compone una homogénea mezcla de géneros en la que encontraremos acción, investigaciones policiales y escenas puramente emotivas en las que las actuaciones de los actores toman todo el protagonismo. Y es que las actuaciones son gran parte del merito del film. Hugo Weaving resulta muy convincente y carismático como V, con la dificultad que supone el no ver su rostro en ningún momento, teniendo como única herramienta su voz. Natalie Portman sencillamente lo borda, a cada película es mejor actriz. El personaje de Evey sufre una gran transformación a lo largo de la película, tanto física como emocionalmente, y Natalie moldea su actuación de acuerdo con esos cambios (a quien no se le ponga la piel de gallina en la escena de la tortura es que es de hielo), pero tranquilos, aún con la cabeza rapada sigue estando guapa. Ademas, los secundarios son de autentico lujo, Stephen Rea como el honrado Finch y John Hurt como el malévolo Líder dejan el listón bien alto.

James Mcteigue consigue una película redonda y sorprendentemente emotiva, con una escenas de acción muy bien resueltas y momentos brillantes (la escena en la que Evey lee la carta de su compañera de celda, con una magnifica banda sonora de fondo, o la caída de las piezas de domino de V representando la exaltación del pueblo son buena prueba de ello). Vedla ya, y por favor, en versión original.

sábado, 14 de julio de 2007

How to be lovely


























www.natalieportman.com, www.audrey1.com

martes, 10 de julio de 2007

Anatomia de un asesinato


Desde que comienza a sonar la música de Duke Ellington y aparecen los atractivos y originales créditos de Saul Bass, un servidor sabe que no se encuentra ante una película cualquiera. En esta introducción vemos como piezas sin aparente relación se van uniendo hasta formar la silueta de un cadáver, captando de un plumazo la esencia de la película.

Mas confiado me siento aún al saber que tras todo esto esta Otto Preminger, que ya me hizo disfrutar con joyas como Laura, Al borde del peligro o El rapto de Bunny Lake. En esta ocasión, Preminger nos presenta a Paul Belgier, un magnifico abogado que desperdicia su talento en casos menores mientras bebe whisky con un viejo amigo y antiguo colega de profesión. La situación cambia cuando se le presenta un caso de lo mas interesante: el teniente Frederick Manion es acusado de asesinar a otro hombre que supuestamente había violado a su mujer.



A lo largo de todo el proceso del juicio, el cual abarca gran parte de las 2 horas y 40 minutos de metraje, el director no se posiciona en ningún bando claramente, ni intenta inculcar ninguna opinión respecto al caso. Simplemente y de manera magistral, el director ofrece una retransmisión del juicio y deja al espectador libertad para decidir si el acusado miente o dice la verdad. Dentro de la sala del juzgado tienen lugar escenas muy originales, en las que la acción también se desarrolla en segundo plano. Mientras, por ejemplo, el fiscal interroga a alguno de los testigos, podemos observar a Paul Bergier hablando con su cliente o enviando señas al testigo interrogado.

Por si fuera poco, los actores están soberbios. James Stewart como el brillante abogado de rápida y ácida respuesta en uno de sus mas brillantes trabajos, Lee Remick como la bella e insinuante esposa y Ben Gazzara como el acusado con la soga al cuello. Los personajes secundarios están tan bien creados como interpretados, pudiendo destacar el fiscal o el entrañable compañero de Belgier.




A pesar de su larga duración, en ningún momento he mirado el reloj, ya que Preminger se encarga de que no bajemos la guardia ni un instante, salvo por los momentos en los que nos relaja con la magnifica banda sonora mientras acompañamos a Belgier en su investigación de sabueso y nos sumergimos en apasionantes interrogatorios de barra de bar, gabardina y sombrero. Puro cine negro.

Si no la habéis visto, no se a que esperáis. Para mi ya es, por lo menos, mi favorita de Preminger.

sábado, 7 de julio de 2007

Desayuno con Diamantes: El nacimiento de un icono



No se me ocurrió nada mejor para comenzar que un post dedicado a la película protagonizada por la enigmática y dulce Holly Golightly, personaje en cuyo honor se ha elegido el nombre de este humilde blog, que sirva como excusa para un nuevo visionado del film o como aliciente para que, los que aún no hayan descubierto esta maravilla, comprendan por que Holly traspasó los limites de la pantalla para encumbrar (más aun) a Audrey Hepburn como un icono de belleza y elegancia.

Gracias a una de las mejores introducciones que he visto nunca, la película nos presenta, sin mediar palabra y con tan solo el moonriver de Henry Mancini como acompañamiento, a la fantasiosa Holly. Tras lo que se supone que ha sido una fiesta nocturna, Holly emerge de un taxi con el inmortal vestido negro de Givenchy y las míticas Wayfarer, para instantes después quedarse deslumbrada ante el escaparate de Tiffany's, ansiando no sólo el poseer alguna de las joyas allí expuestas, si no el disfrutar del modo de vida que todo ese lujo representa.




Y es que Holly no piensa detenerse hasta conseguir su objetivo, ya sea trabajando como chica de compañía de los hombres importantes de la zona mas exquisita de la urbe, o cazando a alguno de los 10 solteros mas ricos de menos de 50 años. Y en estas que en la vida de Holly aparece Paul Varjak (George Peppard), un escritor venido a menos que vive gracias a las generosas donaciones que le otorga su amante.

En el retrato de los dos principales personajes de la películas es donde reside la mayor sorpresa de la misma. La melancolía que impregna sus vidas choca contra la colorida fotografía y el ambiente "chic" que les rodea. Mientras Holly sufre añorando a su hermano que esta en la guerra y trata de obtener estabilidad económica, Paul intenta levantar su carrera escribiendo en una olvidada maquina para la que ni siquiera ha comprado tinta.

Toda esta mezcla de tristeza y alegría se ve reflejada perfectamente en la magnifica actuación de Audrey. La naturaleza con la que interpreta, la capacidad para expresar sensualidad y ternura con una misma mirada y sin la necesidad de enseñar mas de lo necesario y la elegancia que irradia con tan solo un simple jersey, hacen que sea imposible imaginar otra actriz en su papel, por mucho que Capote insistiera con Marilyn. Durante todo el metraje Audrey nos regala cantidad de momentos imborrables; la ya mencionada llegada a tiffany's, el recibimiento a Paul mientras nos cuenta con su inolvidable voz lo que para ella significa tiffany's, su aparición en la alocada fiesta, el robo de las mascaras, la escena en la que aparece aprendiendo portugués, el emotivo abrazo a su gato ( su alma gemela ) y un largo etcétera.




Pero aún hay otro elemento en la película que la hace más especial aun: su música. Henry Mancini consigue crear una banda sonora"muy Audrey" que merece ser escuchada por si misma. Siempre nos quedara en el recuerdo el tema principal Moonriver, sobretodo la versión interpretada por la propia Audrey sentada en el alféizar de la ventana,con una toalla en la cabeza y una vieja guitarra, sin perder por ello ni una pizca de glamour o elegancia.




En definitiva, un drama romántico disfrazado de comedia, con una Audrey Hepburn deslumbrante, unos secundarios de lujo (George Peppard, Patricia Neal, Buddy Ebsen...) y una banda sonora inolvidable que debéis ver al menos una vez en la vida.

Imagenes: www.audrey1.com, www.moviewallpapers.net

viernes, 6 de julio de 2007

BIENVENIDOS



Damas y caballeros, sean todos bienvenidos a la Sala Golightly. En este selecto lugar comentaremos lo que acontece en el extraño mundo del séptimo arte, sin olvidar nuestros queridos clásicos ni el resto de pequeños placeres en los cuales invertimos nuestro dilatado tiempo de ocio, ya sea la música, la lectura, o las fiestas en casa del vecino. Así pues, dejen sus abrigos a la entrada y acomódense en la butaca que mas les plazca, son infinitas y no están numeradas. Sin más dilación, que comience la sesión.